El túnel de la cordillera Hallandsås (Hallandsåstunneln)
En 1988, el parlamento sueco dio permiso para su construcción. No era un proyecto fácil de llevar a cabo, pero cuando se inició en 1992, los ingenieros se encontraron con numerosos problemas adicionales que no podían haber sido previstos en la mesa de trabajo, sobre todo cuando se descubrió que debajo había una gran cuenca acuática que provocaba la continua inundación del túnel. Esa pérdida de agua afectó a los ríos de la zona, que empezaron a secarse. Como entonces no había manera de solucionar el problema, el proyecto fue paralizado, sellándose el túnel.
En 1996 se intentó recuperar el proyecto, pero poco después se descubrió que para sellar el agua se había empleado un compuesto venenoso usado para cazar de focas llamado Rhoca-Gil (1400 toneladas). La compañía Skanska ni tomó precauciones ni informó a la población local ni a sus propios trabajadores. El resultado fue la contaminación de los acuíferos y tanto el ganado como el pescado de los ríos cercanos empezaron a morir; los trabajadores empezaron a enfermar. Cuando se descubrió la contaminación por acrilamida, la región fue declarada zona de alto riesgo y se prohibió la venta de sus productos agrícolas. La construcción fue parada ese mismo año.
El tercer intentó llegó en el 2004, . Ni qué decir tiene que el enorme presupuesto inicial, un billón de coronas, se ha visto multiplicado varias veces hasta alcanzar los diez billones, lo cual hace dudar a muchas organizaciones si los beneficios esperados superarán alguna vez los gastos reales. No se espera que el túnel esté funcional antes del 2015.
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