diciembre 03, 2012

Trilogía del Silencio de Dios (Bergman)


Trilogía del Silencio de Dios
Ingmar Bergman

La primera de la trilogía, Como en un Espejo, Bergman hace una analogía con una de las Cartas de San Pablo a los Corintos, la cual plantea que así como un espejo es nuestra visión actual de las cosas de Dios y que llegará un momento, superadas muchas instancias, en las que podremos verlas cara a cara. 

En Luz de Invierno, Bergman arremete irónicamente contra la película anterior de la trilogía. La película se basa en un pastor cuya esposa fallece y este acontecimiento le crea una crisis de la fe, además de revelarle que esa misma fe se sostenía sobre la base de ciertos miedos infantiles. Sin embargo, a partir de esas distorsiones, el pastor probablemente inicie una apertura hacia una fe renovada y más real. Esto logra operarse en el pastor gracias a un elemento que sistemáticamente aparece en la obra del sueco, el amor humano. Un amor humano que se plante desde una horizontalidad con los valores religiosos afianzados en la posible participación del amor de Dios. 

La última película de la trilogía es El Silencio. En ésta, una de las películas más abstractas y simbólicas de Bergman, vuelven a exhibirse los temas que tanto lo obsesionaran: el arte como liberador (simbolizado por Bach y los enanos de circo que viven en el hotel), el conflicto para la comunión, la sexualidad y la culpa. Y todo en un marco físico donde gobiernan el calor, la excesiva luz y el silencio que nace de la incomunicación. En esta atmósfera, Dios podría ser el gran ausente. 

En las películas de Ingmar Bergman se opera un tránsito a través del dolor para acceder a la luz que se sintoniza con su concepto de la esperanza. En medio de ese tránsito, Dios se proyecta por medio de los hombres que interactúan en cada film. Para Bergman la ventana hacia lo divino sólo puede ser abierta sólo si se consolida una profunda y verdadera restauración de lo humano porque, una vez regeneradas las redes entre los hombres así como el valor y la riqueza de las personas, recién ahí podemos empezar a hablar de la posibilidad de la existencia de Dios. Antes necesitamos el retorno a la vida, la comunicación y la comunión humanas.

(enlaces en los títulos)

Como en un espejo

(Såsom i en spegel, Suecia, 1961, blanco y negro, 89 minutos) El verano se desarrolla en familia en una isla de Suecia donde conviven cuatro personajes: una joven recién salida de un hospital mental, su marido, el padre, su hermano y un doctor. Los conflictos de los personajes, sus crisis y la constante presencia (y ausencia) de Dios en el conflicto son los ejes de la película. Oscar a la Mejor Película Extranjera.

Luz de Invierno


(Nattvardsgästerna, Suecia, 1963, blanco y negro, 80 minutos) Un pastor de una pequeña localidad entra en crisis con la fe. Los pocos comulgantes tienen fuertes angustias y él siente que no puede ayudarlos porque son también las suyas. El invierno es crudo y la luz es un elemento central en una película reflexiva y abrumadora sobre la condición humana.

(Tystnaden, Suecia, 1963, blanco y negro, 80 minutos) Dos hermanas y el hijo de una de ellas deben detenerse en medio de un viaje por la enfermedad de la otra. La extrañeza del sitio, el conflicto entre los personajes y la extrañeza de las relaciones humanas conforman esta tercera pieza de esta trilogía bergmaniana en la que Dios parece haber desaparecido por completo y sólo queda, como titula la película, el silencio.

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