abril 28, 2010

Finlandia: Fotos de Nina_999/ Flickr


Fotos: Nina_999/Flickr
Música: Poets of the Fall


Poets of the Fall
1 - The Beautiful Ones
2 - Locking up the Sun
3 - King of fools
4 - Carnival Of Rust


abril 17, 2010

Volcanes islandeses


Erupciones volcánicas en Islandia desde 1902

2010 Eyjafjallajökull
2004 Grímsvötn
2000 Hekla
1998 Grímsvötn
1996 Gjálp
1991 Hekla
1984 Krafla
1983 Grímsvötn
1981 Krafla (2)
1981 Hekla
1980 Hekla
1980 Krafla (3)
1977 Krafla (2)
1975 Krafla
1973 erupción subacuática a 5 km de Landeyjar
1973 Heimaey
1970 Hekla
1963-1967 Surtsey
1961 Askja
1947 Hekla
1938 Grímsvötn
1934 Grímsvötn
1933 Grímsvötn
1929 Askja
1927 Askja
1926 Eldey
1924 Askja
1923 Askja
1922 Askja (2)
1922 Grímsvötn
1921 Askja
1918 Katla
1913 Austan Heklu
1910 Þórðarhyrna
1903 Þórðarhyrna
1902 Grímsvötn

Ver también: Paisajes volcánicos de Islandia      -    El grito y el volcán islandés




El grito y el volcán islandés


La foto fue tomada por el radar ELTA de un avión de la Guardia Costera de Islandia

Dailymail: Una imagen de radar muestra el cráter de Eyjafjallajökull en el sureste de Islandia, que se parece a la cara pintada del cuadro de Edvard Munch.
Una imagen de radar del cráter volcánico parece mostrar un rostro de pesadilla, que es reminiscencia de la pintura de Edvard Munch 'El Grito'. Curiosamente, se cree que la obra maestra fue inspirada por los cielos rojos causados por la erupción volcánica de gran alcance de Krakatoa en 1883.En su diario, Munch escribió: "Caminaba por un sendero con dos amigos - el sol se ponía - de pronto el cielo se volvió rojo sangre - hice una pausa sitiéndome exhausto, y me apoyé en la cerca - había sangre y lenguas de fuego sobre el el fiordo negro azulado y la ciudad - mis amigos siguieron caminando, y yo me quedé allí, temblando de ansiedad - y sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza".


Pronunciación del nombre del volcán en español: Eia-fiathla-iocud
La palabra ‘Eyjafjallajökull’ se compone de tres palabras:
-Eyja, ‘isla’.
-Fjalla, plural de fjall, ‘montañas’.
-Jökull, ‘glaciar’.
O sea, El glaciar de las montañas de la isla.




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abril 12, 2010

Libro: La cúpula del mundo

La cúpula del mundo / Jesús Maeso de la Torre / Grijalbo

Reseña en El País / Jacinto Antón - 12/04/2010

Una novela recrea la vida de Cristina de Noruega, desposada en Castilla en 1258

La peripecia de la hermosa princesa hiperbórea descendiente de vikingos Cristina (propiamente Kristina o Kristin) de Noruega no tiene nada que envidiar a un cuento medieval. Ni a la de la gran vikinga de ficción, la reina Sigrid del Capitán Trueno. Si la rubicunda heroína de los tebeos era hija del rey Thornwald de la legendaria Thule, Kristin Hâkonardottir (1234-1262), nuestra Cristina, no menos blonda, lo era del gran Haakon IV El Viejo de Noruega, al que debemos no sólo la unificación definitiva de su país, sino la célebre carrera de esquíes conocida como la Birkebeinerrennet, que conmemora su salvación de niño durante las guerras civiles en brazos de dos grandes guerreros (y esquiadores pioneros), Skevla y Skrukka.

Cristina tuvo a su Trueno en la persona del infante don Felipe, hermano del rey Alfonso X, y que según algunas fuentes habría sido caballero templario. El sabio monarca la envió a buscar a sus frías tierras en el marco de su política de alianzas dinásticas para consolidar sus aspiraciones imperiales en Europa, según recalca el escritor Jesús Maeso de la Torre, que recrea la vida de la princesa del siglo XIII en su emocionante novela histórica La cúpula del mundo (Grijalbo).

El novelista ha caído bajo el hechizo de Cristina. Y ¿quién puede reprochárselo? La princesa noruega convertida en infanta de Castilla tras su boda en 1258 (en eso tuvo, con otro Felipe, más éxito que su compatriota Eva Sannum) irradia una atmósfera feérica. Parece haber sufrido mucho lejos de su tierra nórdica y, como las ondinas de los cuentos de hadas, se dice que murió, ay, de melancolía y de añoranza. El hecho es que falleció joven, en Sevilla, a los pocos años de su llegada y sin hijos. Está enterrada en un sarcófago de piedra en la iglesia burgalesa de Covarrubias. Cerca de la tumba cuelga una campana que según la tradición garantiza matrimonio a las chicas que la hagan sonar. Y en el exterior se alza desde 1978 una evocadora, algo élfica estatua del artista noruego Brit Sorensen. En la actualidad, una fundación trata de cumplir el deseo de la princesa de que se construyera en su tierra de acogida una capilla a San Olaf. En el interior del sarcófago, junto al esqueleto de la noruega, amortajada con seda roja, apareció un pergamino con una receta para el dolor de oído. Maeso de la Torre ha imaginado que la puso ahí como discreto testimonio de amor un médico enamorado de la princesa, que es el protagonista de su novela. El personaje tiene gracia porque se ha formado en Salerno para curar sentimientos que producen desánimo y la "melancolía negra", la depresión, así que es una especie de psicólogo avant la lettre. Alfonso X, previsor, lo envía con la misión diplomática que ha de traer a la princesa.

¿Era de verdad guapa la chica del país del norte? "Sí, aparte del testimonio de Sturla Tordsson en su saga sobre Hakon Hakornarson (el nombre en nórdico antiguo del padre), parece que Jaume I, que era un gran galanteador, le tiró los tejos cuando la comitiva noruega hizo escala en Barcelona camino de la corte de Alfonso X".

Maeso de la Torre le imagina una vida infeliz a la noruega en la corte castellana. La de su padre, cristianizada, no era ya una corte propiamente vikinga -como la que escandalizó en el siglo X al viajero Ibn Fadlan porque los reyes hasta tenían sexo en público con esclavas durante las audiencias (lo que sin duda hacía muy populares esos actos, las audiencias quiero decir)-, pero debía de conservar un sano salvajismo que contrastaría con el encorsetamiento de las formas (y valga la expresión) en la muy católica Castilla. Doña Violante, la esposa de Alfonso X, hija de otra princesa viajera, Violante de Hungría, era mujer de carácter y no sería extraño que tuviera roces con la rubicunda y -¿por qué no?- escultural escandinava. Maeso la describe aún semipagana, como debía serlo gran parte de la sociedad noruega bajo el barniz cristiano. Pero no era ninguna bárbara. "Hablaba idiomas y venía de una corte culta, aunque, claro, no comparable a las del sur de Europa, que eran ya prerrenacentistas. El choque cultural debió de ser grande".

De su aspecto especula, suspirando: "Su nívea piel debía ser un asombro aquí y se decía que tenía los ojos profundamente azules, del color del cielo de su tierra". De la Torre se confiesa un secreto admirador de Sigrid (¡y quién no!) y reconoce que ha forjado su Cristina en las hechuras de la vikinga.

Kristina, pues, de Thule a Castilla.


libros vikingos

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