1. Los suecos, un ejemplo para los nazis
por Javier Sanz / Historias de la Historia
Una de las creencias de la ideología nazi era la superioridad de la raza aria, manteniendo la “higiene racial” mediante la eugenesia (la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante varias formas de intervención… como la eliminación o la esterilización).
Esta idea no fue original de los nazis… sino de los suecos (esa sociedad a la que tenemos como modélica pero que también tiene su historia).
En 1922 se aprobó en el Parlamento sueco, el primer país del mundo, la creación del Instituto Nacional de Biología de las Razas para examinar la antropología del pueblo sueco y establecer una clasificación de las distintas razas. Se recopilaron datos, estadísticas y fotografías de 100.000 suecos para dicho estudio. En 1926 se publicaron los resultados en el libro “Swedish racial studies” por el profesor Herman Lundborg, director del Instituto. Hasta aquí todo correcto.
Per Albin Hansson |
El caso es que tras la aprobación en 1934 de la ley de esterilización por el gobierno de Per Albin Hansson, apoyado por todos los partidos políticos, el estudio se utilizó para “higienizar la raza”. Desde la aprobación de la ley hasta su derogación en 1975 más de 60.000 personas fueron esterilizadas por considerarlas “deficientes, imbéciles, desviados y una carga para la sociedad“, y 4.500 fueron lobotomizados por “indeseables“.
Y lo peor es que si seguimos rascando encontraremos prácticas de eugenesia en países como Noruega, Austria, Suiza… y Alemania.
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Fuentes: Independent Living Institute, The Local, Lew Rockwell.
"Lo que ha sucedido no es otra cosa que un acto de barbarie", declaró la entonces ministra sueca de Asuntos Sociales, Margot Wallström, quien se comprometió a presentar al Gobierno las demandas de indemnización que se podían prever ante el anuncio. Un año más tarde, sin embargo, sólo 140 personas habían reclamado una compensación por las operaciones sufridas bajo presión.
2. La eugenesia en Suecia
“Nos dedicamos a producir razas seleccionadas de caballos, cabras, cerdos, y aún de ciruelas o remolachas; pero no se hace ningún esfuerzo para crear razas humanas menos defectuosas, para dar mayor vigor a sus músculos, más belleza a sus rasgos fisionómicos, más penetración a su inteligencia, más agudeza a su memoria, más energía a su carácter, para aumentar su longevidad y robustez. ¡Qué incuria más asombrosa! ¡Qué deplorable incomprensión de las cosas! ¡Qué criminal negligencia para el porvenir!” Charles Richet. 1921. Conferencia sobre selección humana en la Universidad de Utrecht.
Entre el I y el II Congreso, en 1913, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Medicina a Charles Richet quien, en su obra cumbre La sélection humaine (Paris, 1919), dedicó un emotivo capítulo a “la eliminación de los anormales”. Charles Richet, escribía: "Lo que hace al hombre es la inteligencia. Una masa de carne humana sin inteligencia humana no es nada. Hay mala materia viva que no es digna de ningún respeto ni de ninguna compasión. Suprimirlos resueltamente sería prestarles un servicio, pues jamás podrán otra cosa que sobrellevar una existencia miserable".
En Suecia, donde un Instituto de Biología había sido fundado en 1922, la cuestión fue debatida de 1927 a 1929 por una comisión parlamentaria que se atuvo al principio de esterilización voluntaria; pero, en 1934, se votó una ley que autorizaba la esterilización de las personas irresponsables, incapaces de ejercer sus derechos cívicos sin que siquiera el consentimiento fuese requerido si no podían criar hijos o si podían transmitirles sus taras. Hasta algunos liberales como Alva y Gunnar Myrdal aceptaban este principio para limitar los nacimientos de “tarado” o de “indeseables” (M. Tyden y G. Broberg, 1991). En 1941, una nueva ley amplió la práctica a las personas responsables tras aviso de la Real Oficina Médica por tres motivos distintos: eugenésico, social y médico. De 1935 a 1957, 62.900 personas fueron esterilizadas por tales motivos, 2.500 de las cuales lo fueron antes de la guerra, 6.347 en los años de 1941 a 1945 y 54.000 posteriormente; la mayoría, al principio, por motivos eugenésicos (95% durante la guerra) y luego, después de 1949, por motivos médicos (77% de 1951 a 1957).
"La salud pública se entendía como el sueño de un movimiento de masa que se disponía a dejar las enfermedades y la miseria", El único político que alguna vez condenó en público la práctica de la esterilización forzosa fue el primer ministro socialdemócrata Olof Palme. En ese momento, utilizando un lenguaje muy claro, Olof Palme se quejó ante lo que consideraba un atropello del Estado frente al individuo, pero su protesta no provocó ninguna reacción en el Parlamento".
En 1921 se creó el Instituto Estatal de Biología Racial de Uppsala, primero en su género en el mundo, que inspiró la creación de institutos similares en Alemania y se caracterizó por su nutrido intercambio de información con sus homólogos germanos y por establecer los primeros parámetros de pureza racial aria. Las autoridades suecas llevaron un registro de bastardos, homosexuales, madres solteras con demasiados hijos, discapacitados y gitanos, promulgándose posteriormente la ley de esterilización forzosa, que ubicó a Suecia en el primer lugar mundial con más de 62.000 esterilizaciones entre 1935 y 1976, a fin de mejorar la “calidad de la gente”.
Las primeras noticias sobre las esterilizaciones forzadas convulsionaron a la sociedad sueca en el verano de 1997. Fue el periodista Maciej Zaremba quien probó la esterilización de 60.000 mujeres siguiendo directrices más próximas a los nazis que a las sociedades democráticas.
"Lo que ha sucedido no es otra cosa que un acto de barbarie", declaró la entonces ministra sueca de Asuntos Sociales, Margot Wallström, quien se comprometió a presentar al Gobierno las demandas de indemnización que se podían prever ante el anuncio. Un año más tarde, sin embargo, sólo 140 personas habían reclamado una compensación por las operaciones sufridas bajo presión.
Fuente: La eugenesia
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